.
Casi babosa como alga, finísima película que hace flotar las cosas. Secreción de las flores. Allá abajo el vientre de animales curiosos, espejismos que resbalan entre lodo, luz y sombra.
Opacidad que inunda -qué hay sino opacidad. Quizá me lave junto a otros guijarros (frotándonos todos, táctil canción de criaturas lisas y oscuras) y quedemos frescos, retozando cerca de tu entrada. Quizá me quede hundida en la transparencia. O suave, sostenida sobre tu velo.
Y allá abajo un vientre donde cerrar la boca para siempre y mirar, mirar como los ahogados pálidos que vienen a la orilla algunos días: enloquecer como esas cabezas nacaradas que sólo sirven para mirarte.

-.-
1 comentario:
Bonita entrada y muy interesante Cristina
Publicar un comentario